Ya se está acabando la temporada de fresas, que pena me da, con lo ricas que están y la cantidad de postres que se pueden hacer con ellas, de todas formas ya tengo varias bolsitas de fresas en el congelador para los helados de éste verano, así que mientras queden congeladas podré seguir disfrutando de ellas.....
Este postre es para los que quieren disfrutar de un sabor totalmente frutal, es ligero, nada empalagoso y como véis muy vistoso, desde que lo vi en mi libro "Postres" edit. Blume, lo tenía pendiente, , porque éste libro es fantástico, pero éste pastel concretamente tiene unas explicaciones bastante incompletas, así que yo he hecho algunos cambios que os van a ayudar bastante a hacerla sin ninguna dificultad.
Este postre nos ha gustado tanto que lo he hecho tres veces, pero no penséis que me lo he comido yo, jejeje, los he regalado, solo uno de ellos lo comimos en casa, y hacerlo me ha hecho reflexionar sobre la redacción de algunas recetas, con las cuales núnca podríamos hacer nada parecido a la foto, jejeje, pues explican tan poco, que hasta alguien acostumbrado como yo a hacer repostería, tiene que darle al "coco" para buscar soluciones a algunos problemillas.
INGREDIENTES
Para la base de bizcocho
3 huevos
100 gr. de azúcar
60 gr. de harina
cáscara rallada de un limón
125 gr. de almendras molidas
Para la gelatina
200 gr. de fresas
6 hojas de gelatina
250 gr. de zumo de grosellas o de arándanos
4 cucharadas de azúcar
Para la crema
8 hojas de gelatina neutra
300 gr. de fresas
250 gr. de requesón o queso quark
100 gr. de azúcar
cáscara rallada y zumo de un limón
200 gr. de nata para montar
Para adornar
50 gr. de pistachos pelados verdes
INGREDIENTES
1. De la base del bizcocho
Precalentar el horno a 200º
Separar las yemas de las claras, batir las claras a punto de nieve y añadirles poco a poco la mitad del azúcar, mezclar las yemas con el azúcar restante hasta que estén cremosas.
Mezclar la harina, la cáscara de limón rallada y la harina de almendra, incorporar las yemas batidas y poco a poco, las claras batidas a punto de nieve, con movimientos envolventes y con cuidado de que no se bajen.
Forrar un molde de horno bajo con papel de hornear, verter la masa, alisarla con una espátula y hornear durante 15 minutos, sacar del horno y dejar enfriar.
2. Preparación de la cúpula de fresas
Remojar la gelatina en un bol con agua fría.
Cortar las fresas por la mitad, reservando 5 ó 6 de las mejores para la base
Mezclar el zumo de grosellas con el azúcar
En un cazo mezclar la gelatina a fuego lento y removiendo con un poco del zumo de arándanos, una vez que esté disuelta, mezclar con el resto del zumo.
Preparar un molde de cristal o bol (no de silicona, pues se puede deformar el pastel) de unos 26 cm. de diámetro en la parte superior.
Disponer las fresas más grandes formando una flor en la base del molde, con el corte hacia abajo, poner una capa del zumo de frambuesa con gelatina, que no termine de cubrir las fresas por completo (si ponéis todo el zumo las fresas flotan y no se puede hacer la forma que queremos), meter en el frigorífico y cuando esté frío añadir el resto de las fresas cortadas y el resto del zumo de grosellas que habremos mantenido a temperatura ambiente para que no cuaje.
Cortamos la base del bizcocho a la medida del vano del cuenco que estamos utilizando, para ello utilizaremos un compás (si tenemos); si no es así, medimos el diámetro del cuenco y recortamos el bizcocho a su medida. Lo ponemos encima de la gelatina y otra vez al frigorífico.
3. Para hacer la crema de fresas
Remojar las 8 hojas de gelatina en agua fría
Triturar las fresas que nos han sobrado de la cúpula reduciendolas a puré.
Disolver la gelatina escurrida en un cazo a fuego lento y cuando esté diluida añadir al puré de fresas. Añadir el requesón o queso guark, el azúcar, la cáscara y el zumo de limón. Reservar ésta preparación en la nevera hasta que empiece a cuajar.
4. Montar la nata
Para montar la nata, tendremos que enfriarla bien y tener bien fríos todos los utensílios que vamos a utilizar.
Montamos la nata y la agregamos a la mezcla que tenemos a medio cuajar en el frigorífico, suavemente y con movimientos envolventes hasta que esté bien mezclado.
Volcamos ésta mezcla sobre el molde sin llegar a llenarlo y le ponemos otra capa de bizcocho que cortaremos con el mismo método que antes.
Dejar enfríar por completo, mejor de un día para otro.
Para terminar el pastel
Poner en un bol algo más grande que dónde tenemos el pastel con un dedo de agua hirviendo, sumerjir el molde dentro del agua y dejar un minuto para que se suelte la gelatina del molde, con un cuchillo y mucho cuidado despegar el resto del pastel de las paredes del molde.
Poner el bol boca abajo sobre la bandeja dónde lo vamos a servir y sacudir con cuidado para desmoldarlo.
Una vez que lo tenemos desmoldado, poner a su alrededor a manera de adorno los pistachos picados.
*Hay que tener en cuenta que de la plancha de bizcocho tenemos que sacar dos bases redondas, yo las corté perfectamente pero muy justitas.
*El zumo de arándanos lo encontré de la marca Granini, es un zumo transparente de un color precioso y un sabor riquísimo, otros zumos que he probado son más pardos y turbios.
*Los pistachos verdes no los encontraba por ningún sitio, hasta que en Mercadona encontré un mix de frutos secos que los lleva, son como véis de un verde intenso muy bonito.
*El momento de desmoldarlo es bastante delicado, no podemos pasarnos con el tiempo que tenemos el molde en agua caliente, también podemos recurrir a forrar el bol con film de cocina, (yo lo hice en otro pastel que hice y quedaron arrugas en la superficie de la gelatina)
*Conservar el pastel en el frigorífico
*Si queréis aligerarla un poco más de calorías, habrá que sustituir el azúcar por sacarina líquida o sirope de ágave y la nata por leche evaporada.
Espero que os guste!!!!
madre mia. Esta tarta es una pasada. Felicidades
ResponderEliminar